Cómo las redes sociales han cambiado los mecanismos de la memoria en los consumidores

Las redes sociales han cambiado muchas cosas para los consumidores en los últimos años. También lo han hecho para los responsables de las marcas, que han tenido que ajustar sus estrategias al asentamiento de este nuevo entorno. Los consumidores pasan mucho tiempo compartiendo contenidos en esos entornos y accediendo a los contenidos que publican otros, algo que ha afectado a cómo toman decisiones de compra, como recomiendan productos o servicios o cómo se relacionan con las marcas.

Sin embargo, los efectos podrían ir más allá y podrían estar impactando en elementos mucho más profundos. Las redes sociales, la actividad que se realiza en ella y el modo en el que se comparten las cosas en los perfiles sociales también podrían estar cambiando nuestros recuerdos y la calidad de las memorias. Esto afecta de forma directa a las marcas y sus productos y a las experiencias que los consumidores tienen vinculadas a ellos.

Si se hace el ejercicio de preguntar a alguien que ha vivido una experiencia con nosotros por sus recuerdos de la misma, es bastante probable que la narración que esa persona haga de los hechos no sea exactamente similar a la que nosotros mismos hacemos. Si el ejercicio se hace con recuerdos de la infancia y se pide a hermanos o padres que rememoren algo que recordamos, se verá de un modo muy claro. Las experiencias que cada uno de nosotros hemos tenido fueron diferentes y eso ha impactado en cómo las recordamos.

Las redes sociales validan las historias

En primer lugar, la reacción que las experiencias vividas tienen en redes sociales logra un impacto en cómo se consideran las cosas. Esto es, las reacciones se han convertido en una especie de baremo de lo que merece o no merece la pena ser recordado.

Una foto que no logra muchos likes se convierte en irrelevante, mientras que otra muy popular consigue que cuaje en los recuerdos, que consideremos que ha sido algo que merece la pena. Como concluyen los analistas, las reacciones en social media se han convertido en una suerte de juicio sobre el valor de los recuerdos.

Incluso, las reacciones se convierten en un elemento para examinar a posteriori el valor de lo vivido. Las funciones de Facebook que permiten compartir ‘recuerdos’ del pasado (una de tantas artimañas de la red social para mantener la actividad y captar la atención) se ha convertido en un examen de valor a tiempo pasado. Si algo se comparte y no logra grandes reacciones, el consumidor siente que no era un recuerdo tan valioso.

Escogemos recordar lo que funcionará

Pero incluso, y este es el segundo punto relevante del estudio, los recuerdos se han tamizado ya partiendo del criterio de lo que será o no valioso en términos de redes sociales. Los usuarios ya no comparten lo que creen que es importante, sino lo que creen que funcionará en redes sociales.

Algunos recuerdos se convierten en privados – especialmente aquellos que no se quiere que sean ‘ensuciados’ por las redes sociales – y otros son potenciados porque funcionarán bien en ese universo.

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